No contar con una tasación profesional.
Nadie conoce tu casa como vos, pero nadie conoce el mercado mejor que una inmobiliaria. Está claro que el precio del metro va variando según ubicación, pero existen otros factores a tener en cuenta: ciertos detalles de categoría, ambientes más buscados (como son hoy en día los jardines o balcones) e incluso la oferta y demanda de un momento determinado para el tipo de propiedad.
Existen dos grandes errores respecto a la tasación: volcar en el precio de publicación el valor emocional, y elegir a la inmobiliaria que más alto tasó tu propiedad.
Tener una tasación por debajo del valor te llevará a perder plata por vender barato, pero una sobre cotización, será causal de que el departamento de tu vecino se venda primero, y que vos no vendas nunca.
Ausencia de herramientas de venta a la hora de definir visitas
Publicás tu propiedad, llegan las visitas, y a la hora de mostrar tu casa dejás que los posibles compradores pasen a mirar como si fuera un museo.
¡Las propiedades no se venden solas! Debes tener flexibilidad a la hora de agendar visitas y recibirlas en un ambiente ordenado y ventilado. Es clave, además, entender lo que el posible comprador está buscando y explicar por qué, cada rincón de tu casa, es justo lo que él necesita.
No saber calcular ofertas, ni negociar un peso
Generalmente tu precio de publicación no será el precio de venta final. Y eso no está mal. Pero hay que saber cuáles son los rangos de negociación y hasta dónde es razonable o no, aceptar una oferta determinada. No vender hoy contra un precio razonable, puede dar como resultado meses sin vender. Es necesario saber evaluar la amplia gama de gastos ocultos que se despliegan al rechazar una oferta.
Por todas esas razones mencionadas anteriormente es aconsejable contar con un profesional matriculado que te va a poder aconsejar en aspectos técnicos, legales y notariales, y va a lograr que tu casa se venda bien y lo más rápido posible.